Sobre el piano de mi hermano se encontraba sentada una linda muñeca con ojos pintados, de mirada triste y a la vez encantadora. Tenía un sombrero de paja y el dedo pulgar puesto en su boca. Me miró, la miré… Y me enamoré de ella inmediatamente ¡Fue amor a primera vista!
Pasó un largo rato en que nuestros ojos se encontraron, luego la tomé en mis manos y la abracé. En ese mismo instante, comenzó a formarse en mi mente (y sobre todo en mi corazón) el sueño de hacer una creación propia que expresara mi amor interno, que necesitaba de algún modo materializarse y ser compartido con los demás.
Entonces pedí prestada la muñeca a la madre de mi sobrina Ceci, de entonces 10 meses de edad, quien bondadosamente aceptó. Salí como una niña con una inmensa alegría, llevándola conmigo a casa. Dormí abrazada a ella esa noche.
Fue entonces hace 40 años que mi sueño empezó a convertirse en realidad: crear una muñeca que inspirara una sonrisa, un bello sentimiento de alegría y felicidad.
Fueron muchos meses de arduo trabajo de investigación y aprendizaje, de entender y lo difícil que había sido encontrar lo que buscaba, la ciudad que no conocía entonces: calles sin pavimento, rumbos peligrosos y panoramas inciertos, pero la determinación de llevar a cabo mi sueño me dio la fuerza para seguir luchando en contra de todas las adversidades y las desilusiones. Luchaba y seguía adelante con mi proyecto, al mismo tiempo que hacia las actividades cotidianas de madre y ama de casa.
Después de 11 largos meses de coser su ropita, unirla al cuerpo, pintar sus ojos, mejillas y boca, salió a la venta la primer muñeca. Seguí así con la segunda y la tercera, hasta llegar a 25 piezas, las primeras que vendí para poder continuar con las siguientes.
El tiempo fue pasando, creando más y más modelos hasta lograr (sin percibirlo) 50 modelos por año, siempre tratando de superar los anteriores. Desde entonces, cada muñeca se trabaja a mano, con un gran esmero, detalle y delicadeza por personas capacitadas (algunas con retos especiales). Todos se preocupan para que la manufactura de cada muñeca sea con la mejor calidad.
Ellos se sienten muy orgullosos de pertenecer a esta empresa.
Aquellos hermosos recuerdos son los que hacen que día a día hagamos nuestro mejor esfuerzo para que cada muñeca sea una pieza única, exclusiva, a la altura del deseo y absoluta satisfacción de cada persona: cumplir sus sueños es nuestro principal interés.
Deseamos de todo corazón que al tener una de nuestras muñecas, se produzca tanta emoción y alegría como nosotros al crearla.
Gracias por adquirir nuestras muñecas, nos encanta tenerte como cliente.